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LAS GAFAS DE SOL |
Un amigo mío se fue de
viaje a Paris. Sabiendo que su novia necesitaba unas gafas de sol, encontró la ocasión
de comprarle unas muy baratas y bonitas: entro en una óptica y después de ver varias se
decidió por un modelo.
La dependienta se las
envolvió y pago la cuenta pero en lugar de coger la caja con las gafas, cogió otra muy
parecida que había al lado y que contenían unas tangas, que seguramente alguna clienta
de las que había en la óptica se acababa de comprar.
Mi amigo no se dio cuenta de
la equivocación, así que desde allí se fue directamente a correos y le envío la caja a
su novia junto con una carta. La novia recibió y el paquete y quedo perpleja por el
contenido, así que leyó la carta que decía así:
Querida mía:
Espero que te guste el regalo que te envío, sobre todo por la falta que te hacen, ya que
no tienes ningunas, pues las otras que tenias ya llevabas mucho tiempo con ellas, y estas
son cosas que se deben cambiar de vez en cuando.
Espero que haya acertado con
el modelo. La dependienta me dijo que eran la ultima moda y me enseño las suyas, que eran
iguales. Entonces yo, para ver si eran ligeras cogí y me las puse allí mismo. No sabes
lo que se río la dependienta porque estos modelos femeninos en los hombres quedan muy
graciosos, y más a mí que ya sabes que tengo unos rasgos muy alargados. Una muchacha que
había allí me las pidió quitándose las suyas para que viera el efecto que hacían, y,
chica las vi estupendas por lo que me decidí y las compre. Póntelas y
enséñaselas a tus padres, a tus hermanos, en fin, a todo el mundo a ver que
dicen. Al principio te sentirás muy rara, acostumbrada a ir con las viejas, y
más ahora que has estado algún tiempo sin ir con ningunas. Si te están pequeñas me lo
dices que si no te van a dejar marca cuando te las quites y todo el mundo se va a dar
cuenta de que las llevas. Ten cuidado también de que note estén grandes, no vaya a
ser que vayas andando y se te caigan. Llévalas con cuidado no vayas a romperlas, y
sobre todo, no vayas a dejarlas por ahí y las pierdas, que tienes costumbre de llevarlas
mas en la mano que puestas, para que todos vean tus encantos.
En fin, para que te voy a
encargar nada mas. Solo te digo que estoy deseando verte con ellas puestas. Este es
el mejor regalo que podía hacerte cariño.
Carlos Medrano
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